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Mostrando entradas de octubre, 2008

Martín Adán o la insularidad hecha de palabra y tiempo

Suelo celebrar el aniversario de mis escritores tutelares leyendo su obra a mis amigos o sentada en el sofá de mi desordenada biblioteca. Martín Adán siempre ejerció especial fascinación sobre mí y es momento de compartir con ustedes uno de mis poemas favoritos. TODO LO IGNORAS PORQUE ERES DE PIEDRA… Todo lo ignoras porque eres de piedra, Todo lo ignoras porque es otro el día; Todo lo ignoras porque es otro el río Y sigue siendo así todavía. Nada es realidad sino de enfrente, Y con mi mano encima, encallecida. ¡Cuando tú sepas por qué fue la ojera, Cuando tú sepas lo de mi camisa, Cuando lo sepas todo, piedra noble Si lo sabes, piedra caída! Vivían todos porque ya vivían¡ Que todo caiga, Piedra! Todo reviva, Todo sea, La otra vez, el tiempo El tiempo de minúscula e idea, Este cuerpo de estar Y de amor de belleza¡ No reparar en rima, Todo sea del pie a la cabeza! ¡Toda la letra que no se interpreta Todo será en un día,Mi sudor de verano, Y mis pies sucios, Y mi vida por de fuera Todo lo

La gran hazaña de Jorge Díaz Herrera

Jorge Díaz Herrera siempre ha tenido incursiones en la literatura infantil. Sus cuentos siempre son metáforas de asuntos complicadísimos en los que nos enfrascamos los adultos; pero Jorge los convierte en posibilidades para ofrecer una linda historia a nuestros niños. La gran hazaña conserva esa vieja costumbre de Jorge de alternar la prosa y el verso cuando de literatura infantil se trata. Una novedad es que los personajes de sus últimos libros para niños están inspirados en seres cotidianos traídos de los trajines del recuerdo de sus años en la provincia. El sentido del humor se une, como siempre, en un buen intento para dejarnos lecciones de vida. La gran hazaña nos presenta al entrañable Tute, el tonto del pueblo, el hombre humilde que con un anuncio acapara la atención del pueblo que se reúne para ver si cumple con lo que ha prometido. Y como todos podemos (y tenemos) que ser tontos alguna vez... mejor no termino de contar para que puedan leer el libro que ha sido editado por la p

Alfonsina Storni y Horacio Quiroga

La amistad con Quiroga fue la de un entrañable desencuentro. Eran tan diferentes los dos. Norah Lange refiere que en una de reunión a la que habían concurrido varios escritores, iniciaron el juego de las prendas. El juego consistía en que Alfonsina Storni y Horacio Quiroga besaran al mismo tiempo las caras de un reloj de cadena, sostenido por Quiroga. Este, con un movimiento rápico, escamoteó el reloj precisamente en el instante en que Alfonsina aproximaba a él sus labios, y todo terminó en un beso. La dilección de Quiroga se halla presente en varias de las cartas que escribiera entre 1919 y 1922. Alfonsina sintió un afecto muy especial por Quiroga; sin embargo, cuando Quiroga resuelve irse a Misiones en 1925, Alfonsina no se decidió a acompañarlo. El 20 de mayo de 1935 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama. Nunca se recuperó del todo de este mal y, a partir de su aparición, empezó en ella un progresivo enclaustramiento en su propio hogar. En 1936 se suicida su entrañable a

Magaly, Mañana en la batalla piensa en mí

En la víspera de la batalla que va a perder, se le aparecen a Ricardo III los espectros de quienes han sido sus víctimas, todas le auguran derrota y sufrimiento: “mañana en la batalla, piensa en mí” le dicen. Recordé esta frase al enterarme del encierro de Magaly Medina una periodista mediocre, fracasada en sus intentonas intelectuales, expatriada del mundo de mujeres agraciadas (y no digo, bellas, necesariamente). Tengo el orgullo de decir que nunca he visto su programa más de diez minutos y ello ocurrió cuando tuve la desdicha de esperar en un Terminal terrestre. Movimientos torpes hasta lo grotesco, voz chillona, soberbia gigantesca para poder cubrir todos sus complejos, un discurso que embrutece a multitudes. Muchas muertes morales están en su morral. Esos espectros ¿alguna vez turbaron su sueño? o ¿sucede que de tanto cinismo de exhibición, la conciencia terminó siendo un estorbo?. En esta su hora negra ¿se acuerda de aquella periodista que, en sus inicios, se tomaba en serio y te

Jean Marie Le Clèzio, nobel de literatura 2008

Como cada año, estamos atentos a los resultados del Nóbel de Literatura. Unos esperamos leer alguna vez que Mario Vargas LLosa lo obtiene, otros esperan, secretamente, que otra vez le sea esquivo para darle ese aroma de leyenda que solo afirma la grandeza narrativa de Vargas Llosa. A continuación, transcribo la nota publicada en El País. "El escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensualidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante" , así califica la Academia Sueca la obra del nuevo premio Nobel de Literatura, el francés Jean-Marie Le Clézio (Niza, 1940). De 68 años, el escritor recibirá un cheque de 10 millones de coronas suecas (1,02 millones de euros), el 10 de diciembre en Estocolomo. En 45 años de oficio, Le Clézio, un gran viajero fascinado por los mundos primarios, ha escrito una cincuentena de libros cargados de una gran humanidad, señala France Presse. El flamante Nobel recibió mucha atención con su primera n

Recordando a Iñaki Urlezaga

Hace unos años, parece ayer, Iñaki Urlezaga estuvo en Lima. Puedo recordarlo aún desafiando la gravedad, pulsando los mil tonos de la pasión y cautivando con su talento a todos los que tuvimos la suerte de verlo bailar. Esta tarde, buscando mayor información sobre la crisis financiera que sacude el mundo, encontré una nota en El Clarín en la que el talentoso primer bailarín del Royal Ballet de Londres hablaba de sus inicios en el ballet. Para los que lo recuerdan, les transcribo parte de la nota que además me gustó por mostrarnos la pasión que encierra el hallazgo de una vocación: "Cuando era chico, la típica salida de los domingos de mi familia era ir a Buenos Aires, al Ital Park. Y uno de esos domingos, íbamos por Carlos Pellegrini y mi mamá me dijo Ves, Iñaki, éste es el Colón. Haberme dicho eso y haberme mostrado el mundo, para mí fue lo mismo. Supe desde ese momento que ese lugar era para mí, que ahí me esperaba algo", recuerda. Entonces tenía apenas ocho años y ya había