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Mostrando entradas de marzo, 2009

Bichos Increíbles y Tenaces

Es un imperdible artículo de la escritora Rosa Montero: "Ya se sabe que cuando uno se rompe una pierna no ve más que cojos por todas partes, y que si te embarazas, el planeta entero parece atravesar una epidemia de barrigona gravidez. Puede que nuestro cerebro solo sepa mirar aquello que nos obsesiona, o puede que los acontecimientos vengan en rachas. A veces la vida encadena momentos espléndidos. Pero otras veces los hados se ponen tenebrosos y empiezan a menudear a tu alrededor las historias tristes. Por ejemplo, tengo una amiga, una violinista profesional joven y estupenda, que ha sufrido un accidente y se ha hecho un estropicio monumental en la muñeca y en el codo. Se recuperará, pero con esfuerzo y una buena dosis de ansiedad suplementaria. A menudo el destino es así de juguetón y malicioso: avería brazos de violinistas, piernas de deportistas, ojos de pintores. Al mismo tiempo, otro amigo, una de las personas más bondadosas que he conocido en mi vida, un tipo luminoso, ha ad

Blanca Varela en la partida

Qué solos nos quedamos sin su frágil y firme mirada. Hace un tiempo que se vistió de permanencia nebulosa y sentida. Hace mucho que la tristeza de perderla se pasea con un nudo en la garganta. Blanca Varela ha partido. Nos queda la corporeidad de sus versos, la lucidez con la que nos ayudó a descubrir la extrañeza de lo cotidiano, de los gestos repetidos, del fracaso de los días. La poesía de Blanca es para leerla con la piel extendida, con el corazón y nuestros demonios interiores bailando sobre ella hasta transformarla en azufre, humo y mirra. Esa es la exacta imagen que siempre he tenido de su poesía. Es fría la luz de la memoria lo apenas entrevisto brilla con insistencia gira buscando el casco de botella o el charco de lluvia tras cualquier puerta que se abre está la luna tan grande y plana tan fuera de lugar como si de un cuadro se tratara óleo sobre papel endurecido por el tiempo Blanca Varela

Terminaron las vacaciones

Hace más de un mes que no posteo. Las vacaciones de mi hijo acaparaban las pocas horas que el trabajo me dejaba. Mañana debería empezar las clases; pero, claro, como siempre "el primer día no se hace nada", "ninguno de mis amigos va el primer día". Este año por fin accedí a sus reclamos de inicio escolar. Tal vez porque llevo semanas de agotadoras jornadas laborales, tal vez porque desconozco esta voz adolescente que me habla con firme tenacidad, tal vez porque son pocos los años que van quedando para que él pida mi consentimiento para tomar decisiones. Cómo ha crecido. Qué pequeña voy quedando a su lado. Sus trece años parecen tan lejanos de aquel niño ansiado que llegó a mi vida para darme ligereza, sentido del humor y un mar de paciencia. Recuerdo que escribí un poema cuando era tan pequeño que sobraba en mi abrazo. Lo comparto con ustedes. POEMA DE AMOR PARA MAGARI Tu rostro breve. Aliento de leche y luz. Me traes noticias del paraíso Tus frases cortas. Verbo de