
Hace 72 años, el 19 de agosto 1936, murió uno de los más grandes poetas y dramaturgos de le primera mitad del siglo XX, una de las más sentidas víctimas de la guerra civil española. Hay algo de eternamente joven en los escritores cuyas vidas fueron arrancadas en el esplendor de sus primaveras. Es lo que nos pasa con Federico García Lorca, cada año se le siente más fresco, más próximo, más empapado de pasiones y obsesiones que, algunos solo frecuentamos en los libros.
Gacela del amor que no se deja ver
Solamente por oír
la campana de la Vela
te puse una corona de verbena.
Granada era una luna
ahogada entre las yedras.
Solamente por oír
la campana de la Vela
desgarré mi jardín de Cartagena.
Granada era una corza
rosa por las veletas.
Solamente por oír
la campana de la Vela
me abrasaba en tu cuerpo
sin saber de quién era.
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