
La elección de la carrera debería ser el resultado de un proceso de autoconocimiento. De haber determinado por sí mismo las habilidades que se posee, de haber reconocido las aptitudes hacia tales actividades y de haber investigado grandes y nimios aspectos de la profesión a la que creemos dedicaremos gran parte de nuestra vida. El autoconocimiento exige, estoy segura, el silencio de muchas voces: la de la familia que recomienda esta o aquella carrera, la de los amigos y maestros. Ningún test reemplaza este proceso. La decisión es indeclinablemente personal. No podemos delegarla, no podemos evadir la responsabilidad. Un ejercicio que recomiendo a los jóvenes es que en el momento en el cual ya eligieron se digan "toda mi vida me dedicaré a..." ¡Dios! eso significa más de cuarenta años de vida laboral. Es mucho
tiempo. Sería terrible equivocarse. Por otro lado, tampoco creo que sea cierto que solo seamos buenos para una sola carrera. Estoy convencida que nuestra personalidad siempre se podrá avenir con más de una opción profesional.

Universia ha publicado hace algunos días la lista de las 20 carreras más solicitadas por el mercado laboral. Vale la pena echarle un vistazo.
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