Ir al contenido principal

Jean Marie Le Clèzio, nobel de literatura 2008


Como cada año, estamos atentos a los resultados del Nóbel de Literatura. Unos esperamos leer alguna vez que Mario Vargas LLosa lo obtiene, otros esperan, secretamente, que otra vez le sea esquivo para darle ese aroma de leyenda que solo afirma la grandeza narrativa de Vargas Llosa.

A continuación, transcribo la nota publicada en El País.


"El escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensualidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante", así califica la Academia Sueca la obra del nuevo premio Nobel de Literatura, el francés Jean-Marie Le Clézio (Niza, 1940).
De 68 años, el escritor recibirá un cheque de 10 millones de coronas suecas (1,02 millones de euros), el 10 de diciembre en Estocolomo. En 45 años de oficio, Le Clézio, un gran viajero fascinado por los mundos primarios, ha escrito una cincuentena de libros cargados de una gran humanidad, señala France Presse.
El flamante Nobel recibió mucha atención con su primera novela El interrogatorio (1964). Como un joven escritor en plena resaca del existencialismo y del nouveau roman, se conjuró para intentar elevar las palabras "por encima del degenerado estado del discurso cotidiano" y restaurar el poder de éstas para invocar una realidad esencial, señala la Academia Sueca.
Su novela de debut fue la primera de una serie de descripciones de la crisis, que se incluyen en la colección de relatos La fiebre (1965) y La inundación (1966), en las que señala los conflictos y el miedo reinantes en las principales ciudades occidentales.
Incluso en esta primera etapa, Le Clézio destacó como un autor comprometido con la ecología, una orientación que se acentuó con obras como Terra amata (1967) y El libro de las huídas (1969). Con Le Clézio son ya 14 los escritores de nacionalidad francesa que obtienen el más alto galardón de las letras. Su nombre no estaba en las quinielas de los favoritos para el Nobel.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cada domingo a las doce, Arturo Cavero

Es lunes. Algo de pereza. La ilusión de leer el artículo que espero cada semana. Es bueno empezar la semana con esta abrigadora rutina. Recuerdo a mi querida amiga Virginia Vílchez y leo la agenda que puntualmente publica cada semana. Tiene una queda y solitaria perseverancia. Hace dos años que tomamos un cafecito, tejimos mil proyectos y, como siempre, no volví. Tanto ruido de todas partes. Una canción resiste el bullicio de esta mañana. Arturo Cavero interpretando Cada domingo a las doce . Lo recuerdo comprando libros en una feria universitaria. Conversamos un rato. Compró uno de los míos al ver mi fotografía. Le agradecí el gesto y haberme ayudado en días anteriores cuando mi habitual torpeza provocó un verdadero estropicio de cajas de libros en el piso. Talento, sentimiento, nobleza y caballerosidad. Así vivirá en mi memoria. A continuación, les presento un artículo que expresa lo que quería decir. De modo que los libro de mis balbuceos y comparto con ustedes la precisa nota de Alo

Infoxicación o la gula del conocimiento

Comunidad IEBS Dos décadas atrás, cuando la galaxia de Gutemberg lo era todo, cuando los libros y revistas eran nuestra fuente del saber, también era más sencillo definir nuestros intereses, nuestras preferencias y nuestras elecciones en lo que búsqueda de la información se refiere. Somos seres narratológicas y toda línea del saber tenía una respetable duración. De aquello a la discrecionalidad disruptiva actual hay un verdadero abismo y nos hemos convertido en una suerte de voraces degustadores de cuanto se nos vaya presentando cuando nos sumergimos en esa biblioteca, babélica y laberíntica, que es la información en tiempos de lo virtual. Picoteamos por aquí y por allá y, en no pocas ocasiones, podemos aterrizar  muy lejos de los intereses que realmente tenemos.  Ya hay quienes, como Alfons Cornella, aconseja detenerse a pensar en las líneas de interés que tenemos (música provenzal, liderazgo instructivo, masajes reductores, teoría de cuerdas, etc.,). Claro que para ell

La escuela según el diablo

Hace muchos años en algún país el diablo hizo su aparición, el traía una idea en la cabeza y trataba de convencer a la gente. Su idea era el hacer una escuela pero…¿Cómo sería esa escuela? Entonces se le ocurrió preguntar a las madres de los niños cómo era que sus hijos se comportaban y ellas empezaron a contestar con gran entusiasmo… ¡Los niños aman la naturaleza! ¡Ah… entonces los meteremos a cuartos cerrados en donde no vean ni siquiera el árbol de la esquina…! ¿Qué más les gusta? ¡Les gusta comprobar que la actividad sirve para algo! Entonces haremos de tal manera las cosas que su actividad no tenga ningún objeto - dijo el diablo. ¡Ah….! - dijo otra señora - Les gusta moverse, brincar, saltar, correr, aventar… Pues los obligaremos a estar sentados y quietos…. ¡Les gusta manejar objetos, servirse de las manos! - comentó una más. Pues que sólo manejen ideas, únicamente ideas…..¡Que no ocupen las manos! ¡Les gusta razonar! Pues que memoricen…! ¡Les gusta hablar! Que guarden silencio,