Alex Morillo acaba de publicar su primer poemario, Fragilidad de lo visible, una cascada de correspondencias entre los sentires, las posibilidades, los recuerdos y cada objeto de lo que llamamos objetividad. Cada palabra, cada verso se transforma en un rito para celebrar el cambio inmutable, la fuerza de lo frágil que es, finalmente, la fibra de la cual está hecho el hombre de nuestro tiempo.
Alex Morillo forma parte del grupo Nudo de voces y es egresado de la facultad de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La fragilidad de lo visible es presentado en la FIL Lima 2008 el Domingo 27 de julio a las 7 p.m. en la sala Blanca Varela.
Les presento uno de los poemas que integra su primera propuesta.
La azotea de mi casa es una espera de concreto
una maqueta de arena
que confunde a los pájaros
y comparte con la otra mitad del mundo
la sospecha por el infinito
La traición del viento
era nuestro pasatiempo,
los muchachos nocturnos nos pasábamos el vaso
y bebíamos en memoria de la mujer
en forma de nube
en eso el ámbar
la parcela de cables aéreos
el boulevard de antenas
la piedra es la piel
la plaza escogida se encuentra lejos
no cabemos en las habitaciones
tampoco en los pasadizos
y mis manos de braille sobre tu asusencia superpoblada
es mi armadura de héroe invisible
Aquí, en la azotea
es posible amar tus tobillos de cometa
entre ocho millones de habitantes
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